Mantener el orden en la tienda es esencial por varias razones: para que un producto sea fácil de encontrar por los clientes, para que sea fácil de encontrar por los empleados, para que dé sensación de calidad, etc.
Por todas estas razones, cada tienda debe desarrollar un método o forma de organizarse que ayude a mantenerla ordenada. En los últimos años el tema del orden se ha viralizado con la aparición de diferentes métodos, gurús e incluso documentales y series sobre el tema en las principales plataformas de streaming.
La mayoría de estos contenidos, sin embargo, hablan del orden en casa: en la cocina, el armario o el trastero. Existe muy poca información específica sobre cómo mantener el orden en la tienda. Lo cierto es que es un tema complicado porque cada tienda es diferente al resto: no es lo mismo una tienda de alimentación que una de ropa o electrodomésticos.
Está demostrado que el visitante agobiado no compra sino que se va porque es incapaz de encontrar lo que busca y está incómodo. Normalmente, las zonas o épocas de gran afluencia de público, como por ejemplo las rebajas o la campaña de Navidad, suelen provocar desorden. Sin embargo, con la aparición del comercio online mucha gente prefiere evitar las acumulaciones de gente, el desorden y la espera y recurre a este método.
Si queremos diferenciarnos y evitarlo podemos recurrir a las siguientes recomendaciones generales para mantener el orden en la tienda y que esté atractiva visualmente para los clientes:
- Ordenar las cosas por categorías: Por ejemplo, en los supermercados se suelen agrupar los productos iguales juntos. Esto no tiene por qué entorpecer estrategias de posicionamiento de producto según zonas frías o calientes. Simplemente se mueven todos los productos de un mismo tipo a la vez. Aquí es importante mencionar la psicología de los precios: un producto tirado o desordenado da una sensación negativa, de poco valor. Por otro lado, también puede provocar en el consumidor la sensación de que quedan pocas unidades, de urgencia. Por eso, debemos decidir qué sensación nos interesa provocar en determinado producto, tienda o temporada y así aplicar el orden en la tienda: urgencia o calidad.
- Poner categorías complementarias juntas. Por ejemplo, en un supermercado se trataría de poner la leche al lado de los cereales. Sobre esto también podéis encontrar más información es este post sobre cómo vender más.
- Evitar el ruido visual. Cada tienda tiene un estilo y no debemos olvidar la personalización de cada una. No obstante, y aunque los anuncios y las promociones son importantes, mantener una imagen “limpia” visualmente y ordenada es esencial. Por eso, podemos destinar espacios específicos a promociones o ofertas ya sea por final de stock o cualquier otra razón. Tanto si se hace en una zona específica o en la tienda al completo debemos hacerlo siempre de forma llamativa pero elegante y organizada para no dar efecto de “bazar”.
- Establecer zonas fijas que no afecten a las estrategias de venta: es decir, zonas que estén siempre en el mismo sitio y sean previsibles. Por ejemplo, la zona de pago o caja suele situarse siempre a la salida.
- Evita los productos escondidos en zonas a la vista como detrás del mostrador. Aunque quizá no se vea fácilmente, lo único que consiguen es dificultar la actividad normal del negocio. El orden no debe establecerse solo cara al público sino también de forma interna para un funcionamiento rápido.
- Mantener los productos frenteados en las estanterías. Esto da sensación de orden y armonía visual. Destinar un momento o varios (según cantidad de gente) a dar una vuelta por tienda y revisar que esto esté correcto debería ser parte de nuestro día a día.
- Poner siempre el precio. La ausencia de precio en los productos solo causará más trabajo a los empleados y sensación de descuido. Además, el precio debe estar completamente visible y actualizado. Para ello las etiquetas electrónicas son ideales. ¿Quieres saber cómo funcionan? Te lo contamos aquí.
- Poner los productos de más rotación que pueden ser compras impulsivas a la vista. Sobre todo en zonas de espera como las colas de probadores o de pago. En un supermercado pueden ser snacks, refrescos o golosinas. En el caso de una tienda de ropa suelen ser accesorios, fragancias o gafas de sol. De esto modo, puedes aumentar el ticket medio mientras haces la espera más entretenida para el cliente y das un orden y un lugar a ese tipo de productos que suelen ser pequeños y fáciles de desordenar.
- Darles una amplitud correcta a los pasillos. La amplitud siempre da sensación de orden en la tienda, armonía y paz. A pesar de las posibles restricciones de espacio vale la pena destinar espacios amplios para que entre luz y el cliente pueda ver bien los productos y no se sienta agobiado. Además, es importante facilitar el acceso a la tienda: una puerta abierta o fácil de abrir, con una entrada llamativa pero despejada y cartelería que destaque ofertas o productos son esenciales para acompañar a un buen escaparate y hacer de anzuelo para que la gente que pase por delante se pare a mirar y entre.
- Haz una buena presentación y demostración del uso. En la mayoría de los productos es importante la presentación. En algunos, lo ideal es mostrarlo como se verá después en casa, puesto, etc. como la ropa, los muebles o los artículos de decoración. Incluso en los alimentos frescos se pueden presentar de una forma más “tradicional” y atractiva como cestas de mimbre o cajas de madera. En el caso de las tiendas de moda se puede combinar algunos conjuntos. Para mostrar al cliente como se usa el producto, en caso de que sea necesario, debemos contar con trabajadores formados en el sector. Esta opción junto con la de probar el producto es esencial para la decisión de venta en sectores como la electrónica o la cosmética.
Estos son algunos consejos para mantener el orden en la tienda que pueden mejorar la experiencia de compra del cliente y además, facilitar el flujo del trabajo. No obstante, el criterio principal sería la limpieza. De nada vale tener la tienda ordenada, con precios, con ofertas destacadas y pasillos amplios si no está limpia y huele ben. Esto es esencial para nuestro objetivo: que el cliente vuelva, esté a gusto, se quede rato y sobre todo que compre o compre más.
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