Conocidas como “ESL” las etiquetas electrónicas para mostrar precios ganan terreno en las tiendas de España. La razón principal es que ofrecen una solución sencilla y económica para mostrar información en los lineales de tiendas y supermercados.
Las etiquetas electrónicas o ELECTRONIC SHELF LABELS (“ESL”) son pequeños dispositivos dotados de una pantalla y un sistema de comunicación que se utilizan para mostrar información y precios en los lineales de tiendas y supermercados. Esta es una tecnología enfocada en especial a todo el sector de retail.
Esta tecnología ha desembarcado hace pocos años en España, pero por sus prestaciones ha ido ganando terreno de manera significativa.
Permite al sector del retail tener un control y manejar de manera automática todos los precios de una o varias tiendas.
Imagínese la siguiente situación: un supermercado, el cual posee un lineal de más de 500 artículos distintos para la venta. En Navidad quiere modificar todos sus precios de forma masiva.
Esta tarea, que hasta ahora se hacía manualmente (imprimiendo etiquetas y reemplazando una por una), ha sido suplida por la tecnología de etiquetas electrónicas. Con este nuevo sistema es posible actualizar información de los productos y precios de manera masiva y remota.
De esta manera, ya no se necesita tener más etiquetas de papel en los lineales.
Mediante un pequeño dispositivo que se acopla a la estantería, permite mostrar a través de su pantalla información sobre un producto en particular y su precio.
¿Como funciona el sistema de etiquetas electrónicas?
Esta tecnología permite al operador realizar modificaciones masivas incluso sin necesidad de estar físicamente en la tienda. Su crecimiento en España en los últimos meses se ha centrado en aquellas tiendas grandes con miles de productos distintos, al ser un método eficiente y económico para reemplazar el tradicional método de etiquetado manual. Sin embargo, también son útiles para comercios más pequeños como por ejemplo farmacias, gasolineras e incluso tiendas relacionadas con la moda.
Con las etiquetas electrónicas se reduce:
Gastos en papel e impresión: las etiquetas electrónicas pueden modificarse infinitamente y duran hasta cinco años.
Gastos de mano de obra para etiquetado: con las etiquetas electrónicas este proceso se hace de forma automática. Esto permite a los trabajadores centrarse en tareas que aportan valor a la empresa.