Las etiquetas de papel nos han acompañado siempre. Estamos acostumbrados a verlas en todas partes: supermercados, tiendas de ropa, farmacias… e incluso en otros lugares donde no indican el precio sino qué es algo: buffets libres, salas de reuniones, etc.
Sin embargo, en los últimos años se han sustituido en muchos sitios por las etiquetas electrónicas. Con colores, códigos QR y distintos formatos, parece que las etiquetas electrónicas sean como ha sucedido en otros ámbitos: del libro al libro electrónico, de las agendas y libretas a los iPads, etc. simplemente el paso lógico del papel a la pantalla.
Sin lugar a duda, es un paso lógico en el desarrollo de las nuevas tecnologías, que optimizan procesos rutinarios y nos facilitan la vida en muchos ámbitos. No obstante, las etiquetas electrónicas son mucho más que las etiquetas de papel.
Etiquetas electrónicas vs. etiquetas de papel
Principales diferencias de etiquetas electrónicas vs. etiquetas de papel:
La primera y más evidente diferencia es el proceso de cambio de precio. Como podemos observar en la imagen, las etiquetas electrónicas se actualizan de forma puntual, flexible y precisa Las de papel, sin embargo, se actualizan manualmente y es un proceso más largo: cambio de precio, impresión de etiqueta, cambio de etiqueta, etc. Esto nos puede limitar a la hora de cambiar los precios con más frecuencia y aplicar tendencias del retail como el Surge Pricing. [enllaç]
Las etiquetas electrónicas son eco-friendly porque usan una batería que dura hasta cinco años. Las etiquetas tradicionales suponen un alto coste ecológico ya que usan papel y tinta.
Los errores en el etiquetado son frecuentes en las etiquetas tradicionales, suponiendo su enmienda un gasto adicional tanto de material como de tiempo de los empleados. Con las etiquetas electrónicas se producen menos errores y es más sencillo solucionarlos: con un par de clicks se cambia el precio en el sistema de gestión y se soluciona automáticamente en todas las etiquetas de todas las tiendas asociadas.
Eso nos lleva a la siguiente diferencia, la conexión directa de las etiquetas electrónicas con el sistema de gestión de la empresa (ERP). Las etiquetas de papel no están conectadas de forma directamente. Eso puede suponer a veces incongruencias entre el precio de ambos lugares y resultar en una pérdida económica para el negocio.
Por último, un aspecto muy importante para el departamento de recursos humanos de cualquier gran tienda: el ahorro de tiempo y de mano de obra. Las etiquetas de papel suponen un alto coste de mano de obra cada vez que se tiene que cambiar. Las etiquetas electrónicas permiten a los trabajadores centrarse en actividades que aporten valor al negocio, atender mejor a los clientes. Como resultado, ellos más contentos con su puesto de trabajo.
Además, las etiquetas electrónicas también tienen otro tipo de ventajas, valores añadidos que las etiquetas de papel no tenían. Nos permiten conectar con el cliente. Los códigos QR y la tecnología NFC podemos ofrecerles una experiencia de compra más completa. Con la conexión con nuestra tienda online les podemos recomendar productos similares y ofrecer información extra, etc. Además, la gran variedad de formatos y accesorios permiten usarlas en ambientes y sitios diferentes.
Como conclusión podemos decir que la comparativa etiquetas electrónicas vs. etiquetas de papel es un asunto muy importante en el retail. Las nuevas tecnologías nos ofrecen alternativas más útiles y en nuestra mano está sacar provecho de ellas.
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