Para hablar sobre la historia de las etiquetas electrónicas debemos remontarnos a la aparición del etiquetado de productos y de precios.
Las etiquetas se han usado a lo largo de la historia para acompañar a productos e identificarlo, clasificarlo, dar información sobre él, etc. Los fenicios fueron la primera civilización de la que se cuenta con registros del uso de etiquetas en envases de productos en el comercio. Los romanos también lo hacían, sin embargo, en ninguno de ambos casos eran etiquetas como las conocemos hoy en día.
En la antigüedad la identificación de productos se hacía con marcas. No todas las tierras producían los mismos productos y por ello empezó el comercio: para intercambiar productos.
En este intercambio era importante la señalización era importante para destacar qué producto era, cuánto pesaba, etc. Con el paso del tiempo esta señalización evolucionó y comenzó a adquirir un aspecto más estético convirtiéndose en un elemento decorativo para atraer la atención de posibles clientes entre la gran variedad de productos disponibles. Esto llegó a su punto álgido cuando aparecieron las etiquetas de papel en el siglo XVI y, más tarde, la impresión a color.
Las etiquetas de precios
Todos los productos tienen un precio y, aunque el trueque y el regateo han sido siempre los métodos más utilizados para establecerlo llegó un momento en que esto cambió.
Fue en el siglo XIX cuando se decidió que no era ético cobrar un precio diferente a cada cliente como se acostumbraba a hacer aunque sigue siendo común en diferentes países de Asia, África y América.
La honradez de algunas comunidades religiosas (en Inglaterra) les llevó a comenzar a dudar de la necesidad del regateo para obtener el mejor precio. Estas ideas evolucionaron hasta que en Estados Unidos, concretamente en Macy en Nueva York, se comenzó a establecer el coste de los productos con antelación.
Este cambio, además de más justo para el cliente, ahorraba tiempo de los empleados que pasaban a tener que ocuparse simplemente a cobrar los productos. El cliente también mejoraba su experiencia de compra ya que esta era más rápida.
Todo este ahorro de tiempo permitió el autoservicio y la ampliación del catálogo de productos y fue poco a poco adoptando en el resto del mundo occidental.
Este fue el origen del etiquetado de precios de productos que se llevó a cabo con las etiquetas de papel que todos conocemos y que suponen el inicio de la historia de las etiquetas electrónicas.
Historia de las etiquetas electrónicas
Todos los nacidos después de la aparición de los supermercados y las grandes cadenas estamos acostumbrados a encontrar etiquetas de papel en los estantes de las tiendas. Sin embargo, la tecnología está cada vez más presente en todos los aspectos de la vida y el retail no iba a estar exento.
La productividad y la optimización del tiempo son esenciales para que una empresa pueda mejorar su beneficio. Esta es siempre la razón por la que todo sector busca aplicar novedades tecnológicas a su actividad.
Con la aparición de tecnologías como la radiofrecuencia y las pantallas LCD se comenzó a idear las etiquetas electrónicas de primera generación.
Estas etiquetas electrónicas de primera generación funcionaban de forma similar a otras pantallas como las de las calculadoras. La información compuesta de barras o segmentos se activaba en diferentes combinaciones para mostrar números o letras. No obstante, esta tecnología no permitía mostrar de manera clara algunas letras. Para la transmisión de datos se empleaba la transmisión infrarroja pero la velocidad no era muy buena debido a la compresión de datos necesaria.
Por eso, se desarrollaron las etiquetas de segunda generación en las que se empezó a usar el papel electrónico o e-paper. Esta tecnología es la que se usa en otros aparatos como el libro electrónico o ebook. El aspecto visual es mucho mejor que las anteriores ya que mimetiza la apariencia de la tinta y el papel común. Se compone de cápsulas que emiten un color y una carga diferente según la posición de los electrodos. El método de comunicación en este momento se amplió también a la radiofrecuencia de baja frecuencia. Aunque era de mucha mejor calidad las imágenes segmentadas no se mostraban muy bien.
Con el paso de los años se han ido aplicando mejoras e integrando otras tecnologías. Algunas de ellas son el NFC, la geolocalización o la transmisión mediante Bluetooth 5.0 encriptado. Esto ha permitido, entre otras cosas, mostrar diferentes colores y mejorar la calidad de imágenes y gráficos.
Las empresas tecnológicas del sector, entre las que se encuentra Etiquetas Electrónicas, están constantemente mejorando la tecnología para aportar nuevas funcionalidades, reducir el grosor de las etiquetas, mejorar la velocidad de actualización, etc.
Conclusión
La historia de las etiquetas electrónicas, como la de cualquier producto tecnológico, se remonta al mundo analógico y evoluciona con la investigación. Como líderes en el sector desde Etiquetas Electrónicas nos esforzamos cada día por formar parte de esta historia mejorando con los últimos avances tecnológicos nuestro producto.